Los organismos de supervisión y control del Gobierno Federal de Brasil tienen como objetivo verificar si el dinero público está siendo utilizado de forma correcta o si está siendo desviado para otros fines.
Cada vez más actuantes en el sector de eventos gubernamentales, la Contraloría General de la Unión (CGU), en su Manual de Integración Pública y Fortalecimiento de la Gestión, ofrece orientaciones también para los miles de gestores municipales que actúan en Brasil.
Entre las sugerencias de la CGU está la creación de mecanismos de control internos para regular la recepción de remuneraciones de fuentes privadas, regalos, transporte, hospedaje o favores de particulares.
En ese caso en particular, la participación en eventos externos, tales como seminarios y congresos, en la opinión de la CGU, "podrá ser permitida cuando el evento sea un interés de la administración pública y los gastos sean asumidos por ella".
Si el evento es de ente privado, "los gastos podrán ser pagados por una entidad particular, siempre que la misma no tenga interés en la decisión de la autoridad". En relación con la aceptación de regalos, el Manual redactado por la CGU establece que los mismos "deberán ser prohibidos, excepto cuando el valor sea simbólico".
El control del dinero público es tal vez el más importante mecanismo de prevención de la corrupción y de fortalecimiento de la ciudadanía, motivo por el cual deberá contar con el apoyo no apenas de los funcionarios de la administración pública, sino también de toda la población.
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