lunes, 3 de diciembre de 2012

Motivación profesional y compromiso con la empresa pasaron a ser cualidades más importantes que buena apariencia y un excelente currículo

Foto: Usain Bolt - Divulgación

Quedó atrás el tiempo en que una cara bonita o aquel cuerpecito atlético garantizaban la contratación de alguien que quisiera trabajar en eventos. Esas características físicas y otras , como un currículo lleno de títulos y experiencias, todavía tienen su valor profesional, pero vienen cediendo espacio para otros atributos.

Motivación profesional y compromiso con la empresa, por ejemplo, se encuentran entre las virtudes más deseadas por los empleadores. El problema es que de nada sirve decir "yo soy motivado y comprometido", pues esos son atributos que tendrán que ser mostrados en el día a día. ¡Y no piense que es fácil!

Ser motivado profesionalmente significa empezar y mantener determinadas acciones que la mayoría de las veces no son elegidas por usted, ni son un interés específico suyo, sino del empleador. Compromiso, por su parte, significa cuidar los intereses del empleador tanto como usted cuida de los suyos. Y sé que usted va a concordar conmigo: ¡eso no es nada fácil!

No olvide, por otra parte, que motivación y compromiso son cualidades que sólo se obtienen con constancia y sacrificio, y apenas sobrevivirán si son correctamente incentivadas. Por eso, siéntase privilegiado su usted posee esas virtudes, y no abra espacio para acciones contrarias que puedan desanimarlo, como cansancio, monotonía, incomprensiones, desilusiones y chismes.

Pero si su objetivo es el crecimiento profesional, no hay otro camino que invertir en esos dos importantes atributos. Colóquese en el lugar de su líder o su empleador y trate de ser el profesional que ellos necesitan. Usted no conseguirá mostrar avances significativos de un día para otro, pero antes de lo que usted imagina va a percibir cuánto pasará a ser más respetado profesionalmente.

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