viernes, 4 de enero de 2013

¿Usted quiere un poco, quiere mucho o usted está muriendo de deseos?

Foto: Reproducción

Los profesionales de eventos vivimos todo el tiempo asumiendo nuevos desafíos. Los más diversos clientes nos presentan sus proyectos maravillosos, a veces estrafalarios, y nosotros pasamos a ser responsables por transformar esos sueños en realidad. Pero es bueno saber que el resultado final de cada uno de esos desafíos que asumimos estará vinculado a la motivación con la que iremos a asumirlos.

Independiente de la función que vayamos a asumir en la estructura organizativa de un determinado evento, desde el coordinador general hasta el más simple auxiliar, pasando por supervisores, productores, recepcionistas, asistentes y toda la extensa variedad de profesionales de eventos, la voluntad con que deseamos lo que haremos irá a reflejarse en el resultado final.

Mientras más motivados estemos, lógicamente, mejor será la concentración y mayores las energías que serán canalizadas para aquel objetivo. De esa forma, si pretendemos prestar servicios valiosos y obtener excelentes resultados en la organización de un evento, será necesario que deseemos eso con mucha fuerza, o corremos el riesgo de ser considerados como profesionales mediocres.

Claro que no es solo desear mucho una cosa para que ella ocurra, yo sé. ¡Si fuera así, el mundo de cada uno de nosotros sería una eterna maravilla! Pero saber cuánto deseamos alguna cosa es algo siempre muy importante. Por eso, antes de asumir un nuevo desafío profesional, pregúntese primero: ¿usted quiere un poco, quiere mucho, o usted está muriendo de deseos?

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